HISTORIA
Más de medio siglo atrás, inmigrantes asturianos vinieron a trabajar a esta tierra hermosa, se enamoraron del lugar y sin dudarlo formaron aquí su hogar. Don Ángel y Don José dan vida a “La Marina” bar, un lugar que con los años se lleno de historia, donde cada parroquiano o extranjero que la visitó, volcó anécdotas y proezas.
Fueron dieciocho años de duro batallar, entre buques carros y tranvías, entre changarines y marino de otro hablar, lo que llenaba de vida a esta ciudad portuaria que se proyectaba como de las mejores del mundo. Eran épocas duras, donde un apretón de manos y una palabra, valía más que un papel firmado. Un dia “La Marina” tuvo que cerrar… un gran edificio exigía ese solar. Así que Don Ángel y Don José, hermano mayor, decidieron cada uno buscar un nuevo camino. Fue Don Ángel quien no quiso alejarse de sus amigos, sus vecinos, sus clientes, no quiso dejar de ver este parque y su hermoso Monumento a la Bandera, la que lo cobijó y respeto como inmigrante sin pedirle nada a cambio.
En 1970, se trasladó enfrente a su “Marina” querida, con la ayuda de otro de sus hermanos, Don Manuel. Juntos fundaron “La Marina Restaurante y Bar”, todo seguía siendo a pulmón, incluso sus esposas e hijos trabajaban duro en el lugar. Y así, año tras año fue creciendo.
Hoy nuestros padres nos delegan su sueño, que con orgullo hemos aceptado. Esta nueva generación está dispuesta a no defraudarlos porque tienen su escuela fundada en el respeto, la humildad y el tesón hacia el trabajo.
“La Marina” agradece a clientes, amigos y vecinos su fidelidad de siempre, deseando que este lugar continúe haciéndolos sentir como en su casa. Gracias a todos por seguir eligiendonos.